sábado, 15 de diciembre de 2012

Desorden

Siempre he sido desordenada. SIEMPRE. Desde que tengo uso de memoria recuerdo que me regañaban por no tender la cama, por no bañarme rápido en la mañana, por dejar la casa de las Barbies "armada" por días en mi cuarto, tener muchas revistas Tambor alrededor de la cama, perder los anteojos en un sin fin de oportunidades(que varias veces los encontré en el hocico del perro Lucky). Ser organizada nunca fue mi fuerte. Tampoco la puntualidad.

Creo que mi mente es organizada para unas cosas y para otras no. Soy muy mala calculando el tiempo pero disfruto acomodando mi caja de prismacolores de 100 en orden perfecto de color. No sé porque soy caótica. Simplemente lo soy.

Un día de estos descubrí algo. Casi no estoy en mi casa, y cuando estoy no quiero gastar el tiempo ordenando, sino en solo disfrutar estar en mi casa tranquila y feliz. Luego lo de tranquila y feliz no funciona porque mi cuarto y mi taller se autodeclaran a gritos inhabitables. jaja esto definitivamente no es bueno para mi autoestima.

Es cuestión de disciplina. De crear el hábito de ordenar al menos 20 minutos al día. De poner "cada cosa en su lugar". Eso desde un principio es un reto. Mi cabeza no encuentra el lugar de cada cosa desde un principio. Mi mente es solo ordenada por colores e imágenes.

Duro hoooooras tratando de ordenar. También me cuesta botar cosas viejas. Cartas, dibujos, diarios libros, hasta cassettes. Cuando estoy ordenando me desmoralizo. Duro horas y no veo avances. Sigue siendo la Ley de la Conservación de la Basura: ensuciar una cosa para poder limpiar otra. Es simplemente frustrante.

Cuando repartieron la habilidad de ordenar y la capacidad de controlar el tiempo yo llegué tarde.



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